Cuando nos hallamos frente a una obra maestra, algunas personas quedan boquiabiertas, otras sollozan y las más atrevidas sueltan risotadas. Para ser un hartista como este, necesitamos probar un poco de mediana edad -y de su calvicie y sobrepeso-, de soledad, de aburrimiento, de tolerar siquiera la compañía de una mascota pero, más aún, de cierto patetismo que pocos de nosotros podemos alcanzar.
Have fun...
1 comentario:
Es, simplemente brillante.
Saludos, Ariel :)
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