23 de agosto de 2010

cosas que no he aprendido - II


Recuerdo, cuando recién comenzaba la facultad, me había topado con Álgebra I. Jamás puse tanto sacrificio y empeño en estudiarla y comprenderla; todo ese gigantesco quehacer sólo fue superado por su inmenso fracaso. Recuerdo, aún en las escaleras, el rostro cool del profesor entregándome el parcial, mi mirada incrédula y el redoblante en mi mente preguntando una y otra vez: "¿Cómo carajo hice para sacarme un dos?" Supongo que Álgebra I ha sido tan difícil para mí, como lo es la mujer para la mayoría de los hombres.

Freud, con su habano en la boca y sus años de diván, atisba esta desconcertante confesión: «La gran pregunta que nunca ha sido contestada y a la cual todavía no he podido responder, a pesar de mis treinta años de investigación del alma femenina, es: ¿qué quiere una mujer?» Pero Freud se malogró la respuesta desde el principio al preguntar aquello que motiva a una mujer, la hace andar; a contraposición de realizar la primera pregunta y, en consecuencia, la más importante: "¿Qué es la mujer?" Si hay algún hombre leyendo esto en este momento, esperando que yo le ofrezca la contestación definitiva, le sugiero que vaya a buscar a otro lado.

En los años ´40, durante la etapa de postguerra, un entomólogo norteamericano apodado Alfred Kinsey emprendió un exhaustivo estudio sobre el comportamiento del hombre con respecto a su sexualidad, arribando a conclusiones reveladoras y, a su vez, espeluznantes. La obra de Kinsey categorizaba la homosexualidad del hombre en grados, siendo el 0 un heterosexual hecho y derecho, y el 6 un homosexual sin remedio. Según él, la mayoría residen en los grados 1 y 2, reafirmando la condición homosexual como minoritaria. A este muchacho le fue tan bien que decidió confeccionar un estudio similar sobre la mujer. Es evidente que no leyó la advertencia de Freud... o si la leyó, escogió obviarla.

Freud y Kinsey son tan sólo dos ejemplos de espíritus con un rigor científico y curiosidad admirables que, con toda su experiencia, y todos sus concocimientos y recursos, ni siquiera han podido empezar a bosquejar a la mujer. Como nadie medianamente respetable ha logrado brindarnos algún indicio de algo, lo que sea, entonces aparecen los nuevos gurúes con la lisonjera tarea de simplificarnos todo este gran barullo que es la mujer. En Internet, por mencionar algunos, se han creado foros especializados a fin de consolar a esos pobrecillos despojados de amor, abandonados por sus parejas y en su mayoría literalmente recontra cagados. Es allí cuando el poder de esta gente sabia y en extremo superficial entra en vigencia, escribiéndole al sufriente una obra de teatro que debe seguir al pie de la letra: qué decir, cuándo decirlo, cómo decirlo, bajo qué circunstancias, qué no decir, cuándo no hacerlo, cómo no hacerlo. Así pues, a este hombrecillo despojado de amor le es despojada también su identidad, sin libertad para convertirse en un neurótico o un obsesionado; está prohibido ser o sentir tales cosas en nuestra moderna sociedad de hombres; no nos es lícito que nos humillen ni que nos pisoteen. Y con una pedante hipocresía, parafrasean risueños: "Ah, pero no se confundan, ellas son más inteligentes que nosotros"

Y sí, es cierto, vemos más hombres descorazonados, más sensibles; y es cierto que las relaciones han mostrado un parámetro que mete miedo, como diría María Laura Santillán, y vemos mujeres más controladoras, tibias, algunas hasta indiferentes hacia los sentimientos más nobles y puros (como muertas por dentro); es cierto que la balanza se ha inclinado ligeramente hacia los artilugios femeninos en respuesta al machismo primate. También es cierto que lo que vemos no es siempre igual a lo que no vemos, que las cosas parecen cambiar pero sólo porque las percibimos distintas.

¿Qué es la mujer? Basta con un mutis y reflexionar a Oscar Wilde: «Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas»

2 comentarios:

Matías dijo...

Cuadro de John Collier: Lilit

*_ XiMe_* dijo...

muy bueno, mati!! tenes que ver el video que subí de los dos cerebros, o busca en youtube "historia de los dos cerebros", como mujer q soy (lo soy? jaja) es patético! es como que por un lado somos admiradas porq hacemos muchas cosas al mismo tiempo y uds "no pueden", pero es esa manía q tenemos de "hacer" o PENSAR (que es la peor) MUCHAS cosas, encontrarle 20 significados distintos a una sóla expresión de uds, que es lo q nos hace tan jodidas que...flash news...NI NOSOTRAS NOS ENTENDEMOS A VECES.
voy a ir chusmeando tu blog de a poco, por empezar me gustó mucho esta nota jaja. besote!