Si bien cuento tantas desavenencias con Sartre -y aquí debo un guiño a Chase- como estados de ánimo posee la mujer, acordamos escasa y fundamentalmente:
«La elección es posible en un sentido, lo que no es posible es no elegir. Puedo siempre elegir, pero tengo que saber que, si no elijo, también elijo»
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