21 de julio de 2011

ganó macri o las desventuras de un porteño vacío y sin sentido

Mauricio Macri ha ganado la primera vuelta con el 47% de los votos. Eso dice mucho. Dice que el 47% de los porteños es desconsiderado, que al 47% de ellos no le importa la persona de junto. El 47% de las personas de la Capital Federal no desea ninguna alteración en absoluto, no quiere que su pequeña y aburguesada vida cambie en lo más mínimo. Frente a sus puertas, yace esta maceta sobre cuya tierra se alza una planta, menuda y frágil, expuesta pocas veces al sol: Hesse advertía sobre la planta frente a los vanos de esta gente intransigente, cómo se empeñaban en que nada ni nadie la moviera de lugar. Eso es el 47% de los porteños, absurdos como ellos solos, vanagloriados por la mera casualidad de vivir allí y satisfechos al ingresar a una urna, votar por el candidato más decadente y retornar a sus casas con la impasibilidad de un sepulturero.

También hay ballotage. Y es que el 27% de los porteños ha sido engatusado, porque no pocos nos hemos tragado la patraña del “gobierno nacional y popular” o las antiguas premisas del peronismo cincuentoso. Hemos ingresado a una nueva era de fetichismo, donde la figura es más importante que su acción, una idólatra afrenta incapaz de pasar desapercibida a los ojos del Dios hebreo. Filmus actúa como una adyacencia más de la figura, del fetiche y de la nueva prerrogativa discursiva tan expedita en nuestros alrededores. Es un ballotage en donde la llamada “democracia” muestra el mejor resultado de su futilidad, la fea cara de nuestros representantes y las penosas virtudes de los votantes.

Al margen de ello y si bien Fito Páez aúna una terrible escasez de talento, no se comprende la razón para vituperarlo ante la única frase inteligente que ha sabido decir. Ciertamente, la mitad de Buenos Aires es repugnante. Y quienes han criticado el aforismo poseen los motivos suficientes para sentirse identificados.

La próxima vez, votemos lista “Mea Culpa, soy un tonto ciudadano”

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