13 de enero de 2011

¿tu jefe o cliente te trata mal? vení que te explico por qué

El título de este post, al margen de ser una completa falacia y un embuste al clickeador, tiene que ver sin embargo con esa supuesta reciprocidad entre el empleado/proveedor y el jefe/cliente, inherente en las teorías económicas más recientes, prácticamente inexistente en las prácticas del día a día.
El capitalismo, como sistema económico, es una de las mayores estupideces que ha creado la humanidad -le seguirán Dios, la Patria y Dios sabe qué más-; su cadena de producción, de consumo constante da cuenta de esa necedad, vendiéndole a una persona el mismo producto más de una vez. Muchos blasfeman a este sistema como injusto, y lo culpan de la creciente brecha socioeconómica, de la falta de espíritu del hombre, de su superficialidad, de su falta de sexo, de su sobredosis de sexo, en fin, de esa excedente y sartreana insipidez que hoy llamamos era posmoderna. Lo cual nos lleva a lo siguiente: el método con el que se emplea el sistema es injusto, la concepción del mismo una estupidez.
Ahora bien, lectores, jamás pretendan que un nacimiento enclenque crezca con vigor y salud; antes aún, prepárense para lo que viene. El mejor ejemplo es la relación previamente mencionada, cuya amarga raíz, nos remite a pensar si ha sido concebida en pecado, incesto, sodomía o, quizá, durante un arrebato de embriaguez; un hijo malparido, un bastardo, con quien debemos lidiar continuamente. Se debe a este hecho, y no a otro, que el jefe/cliente suela recriminar, criticar destructivamente y, en determinados casos, hasta insultar al empleado/proveedor, cuando éste no cumple con su tarea o lo hace a medias. Se cree, muchas veces bajo el efecto de la inconsciencia, que se paga por este derecho mediante el dinero; de ser así, el empleado/proveedor deberá caer en la cuenta de este nuevo servicio o valor agregado que brinda felizmente y en consecuencia facturarlo. ¿De qué otra forma, sino, podrá el jefe/cliente felicitar al otro por un buen trabajo?
El empleado/proveedor siempre será sometido por el reproche gutural del jefe/cliente, nunca alentado. Propongo, a pesar de esta cruel verdad, que todas las víctimas, sean empleados o proveedores, confeccionen una lista de precios a fin de poder beneficiarse de tanto maltrato. El siguiente bosquejo expone mi idea:

Nivel 1: "Yo no quería esto de esta forma" o equivalentes - $100 por frase
Nivel 2: "Es la última vez que te lo digo" o equivalentes - $350 por frase
Nivel 3: "A veces me parece que trato con un infradotado" o equivalentes - $1.000 por frase
Nivel 4: "Forro", "Hijo de puta", o equivalentes - $5.000 por frase

A ver si equilibramos un poco la balanza.

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