cris morena

Nacida un 23 de agosto de 1936 -aunque algunas versiones, la mayoría apócrifas, indican que fue en agosto del ´56-, María Cristina De Giacomi se convertiría en la hartista que hoy todos conocemos como Cris Morena. Su infancia fue feliz: criada en el círculo de una acomodada familia burguesa y agasajada por todos sus miembros, tanto material como emocionalmente, se formó en el Jardín El Chupete Ario para luego continuar sus estudios primarios y secundarios en el mismo. Su formación académica y unviersitaria corrió a cuenta de la Escuela Prescolar Domingo Faustino Sangriento, sita en la calle Pasteur al 1900.
A los 17 años fue seleccionada como modelo, sellando de esta forma el destino de su patrimonio cultural. Poco tiempo después contrajo matrimonio con Gustavo Yankelevich, lo cual enfadó mucho a su familia en virtud de las inusitadas dimensiones de la nariz de su marido. Sin embargo, Cris, pese a la influencia fascista (o neofascista según sea el caso) de postguerra que ejercían sus padres sobre ella, logró alzarse victoriosa al consumar una relación que involucraba la práctica judeofascista, que le valió el contento simultáneo de su pareja y de sus progenitores.
El linaje de Cris Morena se perpetuaría con el nacimiento de sus dos hijos.
A fines de la década del ´70, cuando la música abría el escenario para una de las épocas más decadentes de su historia, Cris Morena comenzó su carrera como compositora musical. ¿Casualidad? Su producción abarca íconos de la música como Sergio Denis y Flavia Palmiero, y programas de extraordinaria profundidad existencial: Brigada Cola, Mi familia es un Dibujo, Verano del 98 e incluso la mundialmente exitosa serie Rebelde Way, a cuya producción ejecutiva debe su programación.
Abordaremos en la corriente hartística a la que ha hecho tan singular en su próximo capítulo. No obstante, para quienes no desean esperar tanto, analizaremos aquí una de sus obras más significativas; la misma, apareció en el programa Jugate Conmigo, durante el amanecer del menemismo, e hizo furor entre los adolescentes. Su nombre: «Me llamo Juan».

Quiero hacer un edificio
Que tenga 50 pisos.
Que suba el ascensor
Con vos, conmigo y el amor.

Esta estrofa posee una sutileza que se refleja vívidamente en los sentimientos interiores de Cris; en especial, estas dos frases, hacen énfasis en la avidez con la cual persigue su carrera: «Quiero hacer un edificio/Que tenga 50 pisos». También refiere a su oscura ambición como contratista al querer competir con el edificio Le Parc.
Cabe destacar la inteligencia del siguiente verso «Que suba el ascensor», anticipándose de esta manera a las críticas que le achacarían la ausencia de un ascensor y luego el modo de transporte por el cual debería trepar el amor. Por supuesto, si bien las escaleras existen de un modo tácito, nadie imagina al amor subiendo tantos peldaños juntos. Como se verá más adelante, la coherencia es un denominador común en todas sus obras.

¿qué voy a hacer? no tengo fama,
Ni soy galán, ni mucho menos.
Soy superman, pero estoy muerto por vos!

La resignación empieza a apoderarse del protagonista de esta historia, aunque al mismo tiempo irradia una suerte de humildad casi innata al exclamar: «Ni soy galán, ni mucho menos». Algunos analistas suelen renegar esto último, afirmando que el siguiente verso, «Soy superman, pero estoy muerto por vos!», refuta la incipiente humildad del personaje. Nosotros no estamos de acuerdo: la alusión al superhéroe radica en su habilidad de volar y alcanzar fácilmente los 50 pisos donde se encuentra el amor, no en su fuerza ni en la petulancia que ello podría generar.

Estribillo (x2):
Me llamo juan,
Soy tu vecino del 8ºc,
El que se muere cuando no te ve,
Sólo de verte me enamoré.

El estribillo es la estrofa más importante y a su vez enigmática de la pieza. El protagonista al fin rompe el silencio y se da a conocer, diciendo: «Me llamo Juan/Soy tu vecino del 8ºc». El nombre Juan no parece estar elegido al azar; antes bien, por ser tan genérico, parece señalarnos a todos, de forma tal que todos podemos ser Juan e intrínsecamente Juan es todos -nuestro mártir, nuestro faro, el que se muere cuando no la ve.
Se abren, entonces, dos interrogantes a partir de los versos subsiguientes. El primero, el número de su piso, el ocho: no estamos seguros si el edificio de Juan es al que hacíamos referencia en la primera estrofa o si es otro completamente distinto. Cuando nuestros investigadores quisieron entrevistar a Cris sobre este dilema, ella escogió enaltercerlo aún más al responder: «No puedo, chicos».
La segunda interrogante debate acerca de la potencial superficialidad de Juan, junto con la mención del último verso: «Sólo de verte me enamoré». Según la autora, Juan es un sujeto sencillo y de exigencias moderadas, y la canción concuerda con todo esto; pero, el hecho de que una persona se enamore sólo con ver a la otra, define a alguien vacío y sin sentimientos, cuya única meta es encontrar y conquistar la mejor y mayor cantidad de hembras que estén a su alcance. La señora Morena, hasta el día de hoy, permanece en silencio respecto a este engima.

*La letra de la canción no concluye aquí. No obstante, creemos que las partes analizadas cubren ampliamente el significado de la misma. (N. del A.)